En los últimos años, el consumo mundial de productos farmacéuticos ha aumentado, así como su detección en aguas residuales y aguas superficiales, lo que representa un mayor riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
La presencia de micro contaminantes en el medio ambiente puede tener efectos negativos en el equilibrio biológico de los ecosistemas acuáticos, causando desequilibrios e incluso representando un riesgo para la salud pública, si hay cepas de antibióticos resistentes a múltiples fármacos.
Las aguas residuales se han identificado como la principal ruta de entrada de productos farmacéuticos al medio ambiente.
Después del uso profiláctico y/o terapéutico, los productos farmacéuticos se excretan, principalmente a través de la orina (alrededor del 55-80%) y las heces, en forma del compuesto original (sin cambios) o metabolitos.
Así, los efluentes hospitalarios (EH) se caracterizan por presentar productos farmacéuticos pertenecientes a diversas clases terapéuticas, tales como: analgésicos, antibióticos, diuréticos, agentes de contraste de rayos X, desinfectantes, entre otros.
En general, no se hace ninguna distinción en términos de drenaje de efluentes urbanos y hospitalarios, que a menudo se descargan directamente a la red de saneamiento público, sin ningún tratamiento previo (o con esquemas inadecuados), y se tratan juntos en E.D.A.R.E.S urbanas.
Es imperativo proceder con la adopción de pretratamientos específicos para estos efluentes, ya que la mayoría de las E.D.A.R.E.S existentes se diseñaron con el objetivo principal de eliminar macro contaminantes y microorganismos (generalmente con concentraciones del orden de magnitud de ppm), y no de estos micro contaminantes presentes en las aguas residuales con concentraciones mucho más bajas (en el rango de ppb y ppt).